¿Qué se mueve en el desierto?
historias del matorral de sarcocaule
El Libro ¿Qué se mueve en el desierto? historia del matorral de sarcocaule, es una publicación de Divulgación del Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste CIBNOR.
En este libro 22 autores, la mayoría investigadores del Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste, cuentan a través de 17 capítulos y a manera de divulgación, los resultados de sus investigaciones en la zona del Comitan durante más de 30 años.
La zona aledaña a la sede principal del CIBNOR, conocida como El Comitan, ha estado protegida y preservada de pastoreo y tránsito humano (mediante un cerco que impide el paso al ganado y a los vehículos) por más de 25 años. Ello ha permitido la conservación de su paisaje y de la funcionalidad del ecosistema; es decir que ha constituido un laboratorio perfecto y cercano donde llevar a cabo múltiples investigaciones, que aún continúan.
El Comitan es un tipo de hábitat representativo de lo que se conoce como MATORRAL SARCOCAULE.
Portada del Libro
¿Y qué es el matorral sarcocaule? es el tipo de hábitat en el que la mayoría de plantas son SUCULENTAS.
Plantas suculentas son aquellas con troncos de aspecto algo engrosado y suave, que tienen la capacidad de almacenar agua en el mismo. Las conocemos bien: el torote, el copal, el ciruelo, el lomboy, la matacora y el palo Adán por ejemplo. También en el matorral sarcocaule encontramos abundantes cactáceas siendo al cardon y las pitayas las de mayor porte, pero las chollas, biznagas y viejitos muy abundantes también.
La Península de Baja California representa sin duda el espacio más silvestre de México y gran parte de ella está cubierta por matorral sarcocaule, sin embargo el panorama futuro no es favorable para la preservación de la naturaleza peninsular. Entre las amenazas para la conservación que identificamos en este libro están, 1) el crecimiento núcleos de población, 2) la lotificación y ocupación de la franja costera, 3) los desmontes agropecuarios y 4) la presencia de especies foráneas introducidas.
El fin último del libro es dar a conocer LA NAURALEZA QUE NOS RODEA PARA APRENDER A PROTEGERLA, ya que estamos convencidos de SOLO SE PROTEGE LO QUE SE CONOCE Y SE AMA.
A continuación daremos un breve paseo por los capítulos señalando que todos cuentan con ilustraciones o fotos de los autores.
Uno de ellos habla de ¿Cómo se dan las introducciones de especies exóticas?, y como las percibimos, bien desde el punto de vista del sistema natural al que se integran, bien desde el punto de vista de quien las usa (especies “domésticas”), o bien desde el punto de vista de los habitantes . Y nos cuenta como ha cambiado históricamente el paisaje.
Otro habla sobre la medición de los flujos de Carbono en el sistema y por qué son importantes. ¿Cómo se puede medir el intercambio de carbono entre las plantas y la atmósfera? si depende o no de la cantidad de agua acumulada en las plantas, o de la cantidad de hojas verdes, así como sus variaciones a lo largo del dia y del año.
Otro capítulo se adentra en el suelo y los microorganismos que viven en el. Nos ilustra sobre los ciclos y mecanismos que hacen posible que la vegetación se mantenga y florezca o reverdezca a pesar de los prolongados períodos de sequía; todo ello gracias a los famosos tapetes microbianos del suelo del desierto.
Un capitulo más adelante profundizamos en las relaciones de simbiosis entre las bacterias y las raíces de las plantas, y como este conocimiento nos puede ayudar para reforestar terrenos baldíos.
El siguiente capítulo, dedicado al agua, nos cuenta cómo y donde las plantas del matorral sarcocaule almacenan el agua y como pueden sobrevivir en condiciones tan extremas.
El capítulo 7 narra la vida de un cardón con sus casi mil años de vida.
En el 8 descubrimos que las plantas no están dispuestas al azar, sino que se asocian entre ellas formando grupitos que les permiten sobrevivir, crecer y reproducirse mejor. También las autoras nos refieren sobre la importancia de la hojarasca en los sistemas desérticos.
Más adelante leemos sobre los animales del desierto, encontramos a las fascinantes avispas albañil, pequeñas alfareras que son parasitoides de arañas.
También a las especies de pequeñas lagartijas que forman la comunidad herpetológica del matorral. ¿Por donde se mueven? ¿Cómo usan los arbustos? ¿Dónde hibernan?¿ Y de qué se alimentan?.
Seguimos con las iguanas, tan interesantes como discretas. Son vegetarianas y muy dependientes de los “otros” árboles del matorral, las leguminosas que están siempre verdes, como el mezquite, los paloblanco y los palofierrros, y ¿Quién lo diría? hasta de los pájaros carpinteros.
Acabamos los reptiles con un acercamiento a la vida de las víboras de cascabel. Grandes predadores, silenciosos y amenazados, pero unos de los animales mejor adaptados para la vida en los desiertos, con una fisiología única.
Las aves ponen la nota de color y la música en el Comitan y los autores nos descubren la impresionante riqueza de aves del matorral. Son más de 60 especies diferentes de aves entre residentes y migratorias (de verano o de invierno). Desde tecolotes hasta colibríes, las hay insectívoras, nectarívoras , dispersoras de semillas, polinizadoras, aves de presa, o carroñeras. De todos los colores, solitarias o que viven en grupos, diurnas o nocturnas, siempre, en cualquier momento del día y en cualquier estación del año, podemos observar y disfrutar las aves del matorral.
Losa mamíferos son los más secretos habitantes del matorral. Son difíciles de observar y algunos estrictamente nocturnos. Tres capítulos nos acercan a ellos contándonos las adaptaciones al desierto, su función en el ecosistema, como presas, como predadores, como polinizadores , como dispersores, y el ciclo de vida de los juancitos o ardillitas de desierto, los ratones y los murciélagos, esos grandes desconocidos.
Finalmente en el último capítulo observamos los mamíferos más grandes que fueron captados por cámaras fotográficas situadas en el campo.
Además el libro cuenta con anexos en los que se detallan todas las especies de plantas y vertebrados presentes en el área.
Falta mucha investigación sobre multitud de grupos como insectos, arácnidos, hongos, microorganismos; y mucha, mucha más sobre vegetación, ciclos biogeoquímicos, servicios ecosistémicos, biodiversidad, ecología e historia natural, pero el área, ahora formalmente denominada “Estación Biológica Dra Laura Arriaga Cabrera” seguirá funcionando como Área Destinada Voluntariamente a la Conservación (ADVC) y como Laboratorio de Estudios a Largo Plazo (LELP), y esperemos que en el futuro otras generaciones de biólogos puedan contar mucho más de la infinita y maravillosa vida que palpita en el matorral.
Desde aquí damos las gracias a todos los estudiantes, técnicos y demás personal que ha trabajado en el área del Comitan.
Editores: Jose Luis León de la Luz, María del Carmen Blázquez Moreno y Alfredo Ortega Rubio.