40 años de investigación nos han permitido:

Investigar las causas e impactos de las actividades humanas asociadas a la pesca que provocan o inducen cambios en la biodiversidad marina.

Proponer nuevas pesquerías mediante el estudio y conocimiento de recursos pesqueros potenciales, masivos o de gran valor en el mercado, como el caso de la merluza, la medusa bola de cañón, cangrejos y camarones de profundidad, y langostilla puesto que consideramos que existe todavía un margen de maniobra asociado a estos recursos.

La actividad humana, las variaciones climáticas, y la presión de pesca sobre los ecosistemas costeros no se conocían de manera precisa por la falta de indicadores claros y comparables del estado de salud de dichos ecosistemas. Esta línea de investigación desarrolla mediciones y genera explicaciones más contundentes con nuevas herramientas y aproximaciones metodológicas.

Crear valor económico a los productos de la pesca al promover su uso y aprovechamiento integral, proponemos usos alternativos para algunas especies de bajo o nulo valor económico incluyendo los subproductos de la industria pesquera, la evaluación de la calidad proteica e identificación de biomoléculas con potencial de comercialización, como es el caso del colágeno, algunas enzimas, pigmentos y polímeros como la quitina, entre otros.

Aportar nuevos enfoques de manejo integral y sustentable ante problemas como el sobredimensionamiento de las flotas, los conflictos sociales por acceso a recursos, la sobreexplotación de las poblaciones, el creciente esfuerzo pesquero, la disminución de las capturas, el bajo rendimiento económico y mercados internacionales que demandan calidad en el producto.