Objetivo:

Identificar y evaluar biomoléculas en la nutrición animal, obtenidas de residuos vegetales de lechuguilla que se produce en el norte de México para fortalecer las cadenas productivas, incrementando el desarrollo social y económico de la región.

Resumen:

Uno de los cultivos de importancia económica en las zonas rurales del noroeste del país es el de lechuguilla (Agave lechuguilla Torrey). Su cultivo representa una alternativa de subsistencia para las comunidades de la región árida de México. Normalmente, es utilizada para la obtención de fibras de ixtle que se usan en la fabricación de cepillos, costales, cuerdas, lomeras y algunos otros productos que se comercializan. Durante la producción de las fibras, se genera un subproducto denominado guishe que está compuesto por tejido vegetal suculento, fibra de baja calidad y agua (Siller, 2012). El guishe se desecha y se desaprovecha totalmente. Se estima que representa el 85% del peso fresco del cogollo de la planta, por lo que puede considerarse un desecho abundante. Actualmente, este residuo se tira en campo abierto y representa un problema grave. Una situación constante es que el ganado de los campesinos lo consume en estado de descomposición y sufre intoxicación que puede causarle hasta la muerte. Para evitar esto, los agricultores algunas veces lo incineran al aire libre, ocasionando contaminación ambiental, agravando éste problema. Sin embargo y de manera interesante, algunos reportes recientes demuestran que el guishe está compuesto por biomoléculas de importancia para la nutrición animal, tales como saponinas esteroidales, vitamina C, carvacol, timol y glucanos. Estas biomoléculas pueden ser un recurso alimenticio de alto valor para algunos animales. Por lo que, su extracción y uso representará el incremento en el valor de la cadena productiva de la lechuguilla, logrando el aprovechamiento integral del cultivo que beneficiará a las comunidades que la producen.

Por su parte, la acuicultura que es una actividad comercial en expansión en nuestro país requiere de recursos para lograr establecer costos competitivos internacionales. Además de asegurar la producción de especies de alta calidad con características adecuadas de peso, tamaño y salud. En la producción de camarón, los alimentos balanceados que se utilizan durante el cultivo representan por lo menos el 50% de los costos de producción. Adicionalmente, es importante que estos alimentos contengan los nutrientes necesarios para que los animales logren las tallas y características adecuadas. Por lo que, generalmente los productores enriquecen los alimentos con aditivos que contienen vitaminas y micronutrientes. Los aditivos son caros y elevan el costo de producción. A este respecto, el uso de fuentes naturales podría beneficiar la producción de camarón por lo que el aprovechamiento de la lechuguilla a través de la extracción de estos nutrientes del guishe es una alternativa adecuada.